Invitación especial que hace la comunidad Yanakuna del sur del Huila Municipio de Pitalito. Resguardo Rumillaku los días 19/ 20/ 21 de Junio de 2015.
En el mes de Junio el maíz tiernito ha cuajado sus frutitos, conocido como choclo, desde el cual se empieza a cosechar pasando a ser maíz sarazo o maíz jecho. El 21 de Junio se celebra el Inti Raymi o Fiesta del Sol, día en el que se inicia un nuevo ciclo un nuevo año andino, contrario al mundo occidental en el que se inicia el 1 de Enero (en el Departamento del Huila conocida como la fiesta de San Juan, San Pablo y San Pedro). Entonces es así que con el canto Sagrado de los Andes se festeja un reinicio de un nuevo encuentro para sincronizar nuestros corazones, a través de los sonidos ancestrales, a la esencia natural y eterna de la vida.
Más allá de lo ritual y simbólico, es un despertar de la cultura andina en nuestros corazones. Tiempo de preparar nuevamente la tierra para insertar semillas savias de vida, de reciprocidad con la Pachamama, tiempo de reflexión, de recibir la energía cósmica del sol, de responder al llamado de la ritualidad de la vida misma dentro de la totalidad en el Pacha (tiempo – espacio – vida – cosmos). Época donde los ceremoniales se orientan hacia la bondad de la Madre Tierra para que ella nos de salud y mucha prosperidad durante el año entrante.
Con la celebración espiritual de un Raymi o una Fiesta Andina, honramos a todo lo que se manifiesta en el cosmos infinito desde el territorio donde se construyeron sueños, se forjaron con las manos de resistencia mundos nuevos llenos de armonía.
En cada pisada por el camino observamos y sentimos el cosmos en nuestro territorio dejando la huella para la vida y de trascendencia histórica. Que la cosmovisión y experiencia que tenemos sobre nuestro territorio ha indicado que es necesario generar procesos de cambio de consciencia, de actitud y aptitud con respecto a la trascendencia y el respeto por la vida en nuestra Madre Tierra – la J’allpa Mama.
En este caminar nos orientamos hacia el cuidado, manejo, conservación, protección y reavivamiento de la Wasi, las montañas, los ríos, los páramos, los espíritus, silencios y sueños, afianzados en pensamientos y propuestas como mecanismos de orden social mediante la autonomía, que fortalezca los procesos internos comunitarios dentro del territorio con miras a la restauración y auto desarrollo de nuestra identidad, cultura y equilibrio armónico como Nación originaria.
Todo esto nos permite en el camino refrescar y oxigenar los saberes ancestrales anotados en los sentires espirituales de nuestros “sabios mayores” que nos conducen a ser acordes a pensamientos y acciones de vida transparentes, para que nuestra generación y las generaciones del mañana seamos coherentes con los principios andinos, autónomos de nuestra cultura y espacios sagrados cósmicos.
En el mundo andino las naciones originarias del Tawaintisuyu Pacha, han convivido en un orden armónico con los seres espirituales – naturales – runakuna; partiendo desde los principios de la dualidad, complementariedad, reciprocidad, valores, en permanente dialogo con su entorno desde donde se cultiva el ejemplo del orden natural, la grandeza del Gran Espíritu Dador de vida.
En ese tiempo – espacio los mayores eran amados y respetados por su sabiduría y servicio a los demás, responsabilidad que adquiría como entrega de su vida. La mejor campaña “política” era el servicio a la comunidad el llegar a este espacio no era para vanagloriarse, ni creerse todopoderoso, era para preservar el equilibrio y sostener la visión de la Nación Indígena.
Los conocimientos abarcaron todos los campos del saber humano, se desarrollaron en completa armonía con la naturaleza y respeto hacia toda forma de vida. Nunca se cazó más de lo necesario, ni se abuso de la tierra, se sembraba lo necesario. Los árboles eran escogidos y cortados luego de una ceremonia en la que se pedía permiso.
La relación naturaleza – espíritus - runas se ha venido dando desde esos tiempos desde el pensar, sentir y vivir de manera muy estrecha, con afecto reciproco, en el que ella comparte su vida y en señal de gratitud se le canta, se le danza, se le ofrenda, se le respeta, se le ama,… y con un profundo compromiso hereda este camino a las generaciones del mañana...
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