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Que la palabra digna y el lenguaje de la Madre Tierra sean escuchadas

 

El equipo de trabajo de ‘Vientos de Comunicación’ del Consejo Regional Indígena del Huila - Crihu, organizó en la Plata, Huila, el encuentro de la "Minga de saberes y experiencias hacia el cine indígena, Memorias, arte y comunicación de los pueblos”, los días 7, 8 y 9 de octubre del 2021. En este gran encuentro con lxs jóvenes de la escuela de comunicación del Huila, escucharon algunas de sus realidades y sus sentires, la mayoría de ellxs habla su idioma propio, el Nasa Yuwe, ellos y ellas expresaron su fuerza para seguir cuidando y defendiendo sus territorios.

La conversa en este encuentro se realizó en el círculo de la palabra, alrededor de la espiral de frutas, semillas y flores. La palabra floreció como la semilla nativa en las huertas, en la chacra, en el tul. Se nombró la importancia del idioma Nasa Yuwe, del territorio y la semilla nativa como ejes comunicacionales, entendiendo la semilla, el territorio y el idioma como formas diversas de organizarnos frente al plan de muerte. La madre tierra está siendo violentada y no la estamos escuchando, los ríos los están represando, se están abriendo grandes carreteras por encima de los páramos, por medio de los proyectos extractivos se está destruyendo el Amazonas, la vida toda y nuestros planes de vida se encuentran en riesgo. Ante esta emergencia territorial son claves los tejidos de comunicación para seguir caminando la palabra digna en defensa de la vida, el territorio y la madre tierra.

Hacemos memoria de los principios comunicativos que salieron en el Foro Nacional de Comunicación Indígena, en noviembre del 2012, en la ciudad de Popayán. Principios como forma de orientarnos en nuestro hacer comunicativo.

Cosmovisión y relación con la Madre Tierra.

·         Autonomía de nuestros procesos de comunicación basados en nuestra Ley de origen y espiritualidad. Fortalecer comunicativamente la autoridad, la unidad, la tierra y la cultura desde el movimiento indígena. Comunicar desde nuestra propia espiritualidad, liberar el territorio del imaginario y descolonizar nuestra palabra y acción para seguir siendo con los seres de la Madre Tierra

·         Resistencia para consolidar nuestros procesos autónomos. Consolidar los procesos de información, educación, reflexión, decisión y acción para entender la agresión y defender la vida. Usar estratégicamente las formas de comunicación propias y los medios de comunicación apropiados para concientizarnos y movilizarnos de la mano de las comunidades,

·         Tejidos entre pueblos y procesos a través de mingas de pensamiento y acción para acompañarnos en el camino de la palabra y en la defensa del territorio colectivo con los pueblos. Tejidos y redes de comunicación indígenas y populares.

·         El valor de la palabra y el pensamiento que permitan pensar y actuar para comunicar en consecuencia con nuestros principios organizativos. Comunicar críticamente la palabra del pueblo y para el pueblo, no para profundizar contradicciones, sino para reconocerlas y superarlas en comunidad.

Compartimos algunas reflexiones expresadas en las entrevistas que se hicieron escuchar en las emisoras comunitarias del Cauca.

Luz Neida Campo de Programa Vientos de Comunicación cuenta que el arte es el escenarios para nuestros artistas propios, el escenario para los realizadores indígenas y no indígena, en el marco del cine. Es una manera de denunciar, de protestar y de resistir a partir de estas herramientas apropiadas que nos permitan poner la palabra al contexto que estamos viviendo hoy los pueblos indígenas del Huila. 

Este no es un espacio cerrado a los pueblos indígenas sino que es un espacio abierto para tejer palabra y procesos, para tejer lo que es cine y no solo como Huila, sino a nivel de Colombia. Nuestro cine indígena debe ser de la memoria, una memoria contada desde la realidad que ha sido tan masacrada, tan atropellada, tan maltratada pero también desde el arte. El arte desde su esencia, de su espiritualidad, desde su vivencia no solo a partir de los instrumentos sino también desde el arte que sane, que armonice, que permita encontrarnos y tejernos como pueblos. 

También la comunicación de los pueblos originarios, esa palabra digna, sabia, esa palabra de los niños, de las mujeres, de las mayoras, y el mismo lenguaje de la madre tierra sean escuchadas, porque hoy estamos siendo tan insensibles, estamos dejando que las situaciones pasen y que los medios de comunicación masivos se aprovechan de nuestras realidades y es el llamado desde este espacio, que nos apropiemos, que nos sintamos jóvenes orgullosos de lo que somos, nasas con espíritu, con ese corazón que dirigimos nuestra palabra con fuerza cada día más.

Vilma Almendra de la iniciativa Pueblos en Caminos nos dice: Sí queremos hacer cine para mostrar nuestra realidad, para denunciar, para contextualizar, para hablar de nuestra cultura, de nuestros desafíos, de nuestras contradicciones, para caminar la crítica y autocritica, entonces tenemos que tomar una decisión también de estos espacios. 

De un lado o hacemos cine para cumplir la agenda estatal y la agenda de los que nos financian para que nos incluyan en los formatos de cine establecidos hegemónicamente por las políticas públicas, o pensamos en hacer un cine que nos permita recuperar la memoria colectiva, que nos permitan reconocer el origen desde cuando existimos, que nos permitan reconocer resistencias y autonomías y que nos permitan además de contar lo que hacemos desde la cotidianidad contextualizar la guerra que nos está atravesando, porque si el cine solamente se reduce a folclorización o romanización de nuestras luchas y de nuestros movimientos, pues simplemente estamos reproduciendo propaganda a través del cine indígena.

Nat Nat Iguarán comunicadora Wayuu nos habla: Una de las grandes dificultades que hay en el mundo audiovisual es el tema de la producción y el tema de la difusión de los mismos, en la actualidad hay muchos productos audiovisuales que se han generado y que no han tenido la forma de llegar a las comunidades o de llegar al público en general y eso limita mucho, la discriminación, el racismo que se presenta en algunos escenarios donde se puede tener la posibilidad de presentarlos es lo que limita esta difusión de conocerlos un poco. 

También hay que dar la tarea de buscarlos y de ir desarrollando esos escenarios en las comunidades para que ellos puedan tener y apreciar también esos productos que por fuera se están haciendo, inclusive del mismo pueblo o de otros pueblos que le puedan contribuir a la experiencia”.

Carlos Quilcue, participante de la escuela de comunicación de Vientos de Comunicación nos cuenta desde su experiencia en este diálogo: "crear nuestro propio contenido, porque muchas veces viene gente de afuera hacer contenido con las historias de nosotros pero a veces ellos cuentan solo lo que les conviene, no cuentan las cosas como pasan, lo de nosotros, debemos tener esa apropiación de hacer las cosas nosotros, relatar cuentos, contar historias de nuestros ancestros, revivir lo pasado, revivir a los mayores que ya están descansando, los caciques. 

En estos espacios uno aprende muchas cosas, no solamente como lo occidental, lo cultural de uno, porque acá como le decía, muchas experiencias compartidas, uno comparte mucho con personas y cada persona tiene su propia historia, su propio concepto, uno aprende de ellos y ellos también aprenden de uno".

Lucy Fernández de Viento de Comunicación comenta que los desafíos que se tuvo en este encuentro expresados por los estudiantes es precisamente, cómo colectivos de comunicación que apenas están iniciando en esta trayectoria de la comunicación se empoderan de estos espacios para llegar a los territorios y que sean justamente esas historias desde los territorios las que se cuenten, desde una manera propia, desde el sentir y hacer sentir desde nuestros pueblos, que no venga ninguna persona de afuera a contar las historias que están narradas en las comunidades.

Es claro, que quedan grandes desafíos para los comunicadores que estamos en el Huila, para continuar tejiendo precisamente este camino que apenas está empezando porque la idea es justamente ahondar más en el sentido de la comunicación más que en producir material, es buscar el sentido que le damos a este cine, no es tanto realizar varias producciones audiovisuales para estar mostrándonos sino mas bien buscarle ese sentido para nuestras comunidades. 

No podemos caer en la misma industria cinematográfica occidental que solo es para vender, sino cómo a través del cine, nosotros atraemos a todas esas personas que están en nuestras comunidades, a los jóvenes que de alguna manera están siendo vulnerables por el conflicto, entonces cómo a través de estos formatos logramos atraerlos. Otro desafío es aprender y desaprender, porque aprender de los formatos que ya están establecidos y desaprender de ellos también, para adaptarlos a nuestro contexto para que sea bastante fructífero en el tejer de esta comunicación. 

Nasawe’sx pkhakhen puywe’wnxi: Jobany Chindikwe CRIHUTEWE’SX kajiyuk, Kĩh mhiiwã ũste khĩiçxa kĩhte çxhãçxhã üsthaw “nasawe’sx pkhakhen puywe’wnxite çaawejxasu” (Traducción Milciades Ipia)

Que la palabra no quede nombrada, que sigamos luchando por caminar la palabra coherente en la defensa de la vida misma. El cine como herramienta para acercarnos a otras realidades y tejer la palabra de nuestras comunidades con otras resistencias.

Por: Constanza Cuetia-Pueblos en Camino

Aquí las entrevistas se que compartió en las emisoras comunitarias del Cauca.


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